Recordamos el origen, valoramos los avances y apostamos a equilibrios cada vez mejores en relación a todos los aspectos que giran en torno al Día Internacional de los Trabajadores.
En diversos ámbitos y temáticas, las sociedades han ido encontrando no sin dificultades, equilibrios superiores en materia de convivencia, equidad, justicia, solidaridad.
La celebración del Día Internacional de los Trabajadores, nos recuerda que muchas de las condiciones de vida que hoy usufructuamos, están precedidas de extensa lucha, esfuerzo, sacrificio, confrontación, tenacidad, convicción, construcción y coraje, antes de que finalmente pudieran comenzar a consolidarse como derechos y beneficios comunes, que, con el transcurso del tiempo, se afianzan en forma de conquistas valoradas por la sociedad toda.
Conmemorar este día, recapitulando los trágicos acontecimientos que se dieran en los Estados Unidos en pos de la conquista de la jornada laboral de 8 horas, nos ayuda a recuperar la perspectiva histórica y la memoria respecto a que ningún avance se consigue sin esfuerzo. Por otra parte, nos lleva a la reflexión respecto a los costos desmedidos que muchos avances han supuesto, en materia de sacrificio y enfrentamiento entre diversos colectivos.
Las generaciones que nos preceden, aquí y en otras partes del mundo, han pagado precios muy altos camino a la consecución de muchos de los aspectos que hacen a la calidad de vida y a la legislación que hoy nos rige. Valorarlo y reconocerlo debe llevarnos a agradecer con humildad nuestro presente, y reforzar nuestra voluntad de continuar andando en pos de metas y equilibrios superiores a los actuales en lo que a la convivencia y al progreso de nuestra sociedad se refiere. Ello, en el marco de las civilizadas herramientas de diálogo y de construcción pacífica de las que hoy disponemos, para dejar un mejor lugar para vivir a las generaciones futuras.
Queda todavía mucho terreno sobre el cual sentir la urgencia de seguir avanzando para hacer de éste un mundo más justo, solidario y con oportunidades para todos.
Todos hacemos parte del sistema de producción, desde distintos lugares y roles. Todos estamos llamados, a través de nuestro aporte cotidiano, a honrar la responsabilidad que tenemos por hacer de nuestras empresas ámbitos de producción y desarrollo humano, que constituyan el motor de nuestra economía, y conduzcan el crecimiento económico y social hacia el mantenimiento y superación de los logros actuales.
Celebremos este día con la confianza de que seremos capaces de lograr siempre entendimientos, avances y de aunar esfuerzos para encontrar soluciones a las dificultades o desafíos que plantean las diferentes coyunturas y circunstancias.
¡Feliz Día Internacional de los Trabajadores!