El pasado domingo 10 de julio, nos vimos conmovidos por la noticia del fallecimiento del Dr. José Pedro Ponce de León Blixen, quien fuera Director Gerente y Asesor Letrado de LIDECO.
El Dr. Ponce, ingresó a LIDECO en el año 1967 como profesional, ejerciendo distintas funciones. Fue abogado, fue Asesor Letrado, luego Director Gerente hasta el año 2001, y desde entonces hasta junio de 2005, nuevamente Asesor Letrado. En oportunidad de su retiro, además de ser homenajeado en el 90 Aniversario de nuestra Gremial (Hotel del Prado, Banquete Aniversario de cierre de los eventos de conmemoración), lo que fuera en su momento su despacho, ubicado en forma contigua a nuestra Sala de Consejo Directivo pasó a ser, en señal de reconocimiento, la "Sala de Profesionales José P. Ponce de León".
Qué decir de "Ponce" o de "Pepe", para los más allegados. Siempre impostando una semi sonrisa, de mirada intensa y suspicaz tal como lo era su espíritu, de inquieto intelecto, Ponce supo siempre, durante esos 38 años de vinculación formal a Liga de Defensa Comercial, ser un gran buscador y creador de soluciones y propuestas desafiantes en defensa de los intereses del comercio justo y transparente.
Convencido de la necesidad de luchar contra lo que daba en llamar el "oscurantismo", fue un gran promotor y vocero de la idea de que el mercado necesitaba un actor ejemplarizante que dejara a la luz las malas prácticas comerciales y propusiera como alternativa un bagaje de herramientas destinadas a proteger la buena fe en el crédito y lo que él daba en llamar los "intereses difusos", siempre en la defensa de aquellos que deberían ser comunes a todo el comercio, como la lealtad, la transparencia y la seguridad jurídica.
En esa convicción, hizo propios los cometidos de nuestra gremial y los adoptó con una intensidad tal que ameritó su vinculación a LIDECO casi hasta sus últimos días, sosteniendo su infaltable presencia en las Asambleas Ordinarias y estando siempre accesible a los profesionales del Sector Jurídico de nuestra gremial para la reflexión y la consulta.
Si algo tenía claro el Dr. Ponce era que toda operación comercial estaba sustentada por personas y que era sobre sus convicciones y valores donde se jugaba el rol fundamental para la salud del comercio, sin perjuicio del marco de control pautado por las leyes, de las cuales fue un estudioso. De ahí que, fue propulsor a ultranza de la necesidad de persuadir al empresario sobre los beneficios de la cultura de uso de la información comercial como medio para identificar la probidad de las contrapartes.
No escatimó tampoco en dedicar esfuerzos a señalar la importancia de la documentación comercial y de su correcto uso, volcando gran parte de su energía a la difusión de estos conceptos entre el empresariado.
Le cupo a Ponce un rol protagónico en el proceso de gestación del cheque diferido, habiendo sido acérrimo defensor de tal herramienta, siempre conservando la perspectiva integral planteada en los Estatutos de LIDECO: buena fe, información, documentos adecuados, solidaridad y firmeza en el actuar probo. Fueron esos, elementos que configuraron el leit motiv de todo su quehacer y propuestas.
En ese marco, bajo su gestión, por los años 90 se impulsó no sin esfuerzo la informatización de LIDECO, lo que en su momento constituyó una apuesta revolucionaria para una gremial sostenida por sus socios y nada más que sus socios. Entendía que era imperioso y necesario, contar con una herramienta capaz de potenciar la llegada de la información al empresariado. También durante su ejercicio como Director Gerente se promovieron un sinnúmero de contactos y encuentros de responsables de crédito en mesas redondas destinadas a la reflexión y a la discusión en torno al acceso y la necesidad de información para la toma de decisiones.
En materia concursal, su espíritu de constante revisión e inquietud por la mejora del instrumento concursal lo hizo un estudioso incansable sobre el tema, así como en todo lo referente a los aspectos legales vinculados al comercio. Fue gran mentor de los Principios Concursales sostenidos por Liga de Defensa Comercial. Sus apreciaciones en la materia fueron parte de diversas mesas de discusión.
Adepto al lenguaje técnico y preciso, a la profundidad de las observaciones, a la inquietud del investigador, el Dr. Ponce deja ante todo un firme testimonio de calidad humana y profesional.
Desde LIDECO hacemos llegar a nuestros asociados nuestro pesar por la pérdida de este gran profesional durante tanto tiempo compañero de ruta, para algunos, Maestro y Amigo. A su esposa y compañera de vida, a sus hijos y nietos, llegue nuestro más cálido abrazo.
Persistirá en el recuerdo la huella de su más precioso legado: su generosidad a la hora de compartir conocimiento, su don de gente, su bonhomía. Hasta siempre Dr. Ponce.-