El 13 de enero de este año, en nuestro segundo comunicado semanal planteábamos los beneficios que reporta a nuestros asociados la posibilidad de acceder a nuestra :centraldebalances, la mayor fuente estadística de datos financieros al alcance del empresariado.
31 de marzo de 2010
El 13 de enero de este año, en nuestro segundo comunicado semanal planteábamos los beneficios que reporta a nuestros asociados la posibilidad de acceder a nuestra :centraldebalances, la mayor fuente estadística de datos financieros al alcance del empresariado. Comentábamos entonces el enorme esfuerzo que ha significado la construcción de este reservorio de datos financieros y los escollos que aún debemos enfrentar para sostener su continuidad y su mejoramiento. Los diagnósticos de siempre, explican esta realidad en función de la ausencia de una adecuada cultura de transparencia y de acceso a la información. Ese es uno de los escollos. El otro escollo, estriba en que en nuestro país existen leyes que no se aplican a cabalidad.
A raíz del comunicado n° 12, de la semana pasada, recibimos varias llamadas telefónicas en las que se nos consultaba respecto a si lo que expresaba el comunicado 12 respecto a las “sanciones” dispuestas en la reglamentación referida a la obligación de registrar balances, había entrado en vigencia. A ver: la ley 17.243 está vigente y también la 16.060, complementada con el art. 97 que a ella le introduce la primera, y que transcribiéramos oportunamente.
A partir de esto surgen al menos tres puntos respecto a los cuales es inevitable reflexionar:
1. el hecho de que se haga caso omiso de las normas, y se condicione el ajuste a las mismas, a la implementación de adecuados mecanismos de control y sanción, en lugar de responder per se a las obligaciones a las que los “obligados” – según la ley - deberían atenerse
2. la debilidad manifiesta de los organismos reguladores para controlar y hacer efectivo el régimen sancionatorio que evidentemente es necesario para hacer cumplir la ley
3. la necesidad de que existan bases de datos estatales pero también particulares (de ahí la insistencia en la apertura de la información a la sociedad), como garantía de libre manejo y procesamiento de datos. Ello constituye un espontáneo y democrático mecanismo de control del manejo de los grandes números. Es claro que la objetividad es la suma de las subjetividades, por lo que, cuanto más subjetividades sean accesibles al público, más completa y objetiva será la construcción de la representación de la realidad.
El problema planteado con respecto a la registración de balances es de doble entrada. Es un tema de civismo, de convicciones, y también de control estatal. Estos dos aspectos son emergentes del trasfondo cultural y de nuestra idiosincracia en términos de: a) la mentada carencia cultural en relación a la transparencia informativa en los mercados b) las inexplicables y burocráticas demoras que supone en nuestro país lograr dar un paso en cualquier sentido, en este caso, para hacer efectivas las sanciones que, pasan del apercibimiento, a multas que realmente no tienen un efecto aleccionante y acaban por fomentar que se elija pagar la multa antes que ser transparentes. Los premios y los castigos están en la base de lo que se llama configurar el comportamiento: desestimulo a través del castigo lo que quiero evitar y estimulo con un premio lo que quiero reforzar. ¿Cuál es el premio para las empresas que registran adecuadamente sus estados contables? Pues, al día de hoy, el premio ni siquiera consiste en ver que los que no lo registran son sancionados. Anótese que, en LIDECO, las empresas que aportan espontáneamente su balance tienen acceso gratuito al reporte comparativo sectorial (empresa vs. sector de actividad) de nuestra :centraldebalances. La lógica es sencilla: al que da, se le da en reciprocidad.
Nuestra Institución no es primeriza en este camino de dar batalla y batalla para lograr abrir el acceso a la información comercial a quienes toman decisiones empresariales. Es más, muchas de nuestras conquistas y esfuerzos de persuasión impactan luego a favor de toda la sociedad, habiendo realizado nosotros el trabajo de trasegar e insistir por la caída de barreras de acceso a datos vitales para fomentar una plaza comercial segura.
Por otro lado, se extreman puntos y comas en leyes que controlan las bases de datos de las empresas al extremo de hacer casi inviable la existencia de bases de datos, al mismo tiempo en que se trabaja en un proyecto de transparencia informativa de los mercados…
Parece que es necesario hacer algunos ajustes en algún lado.