Tel. +598 2908 1636* lideco@lideco.com

Tel. +598 2908 1636* / Fax. +598 2902 2857 / lideco@lideco.com
Julio Herrera y Obes 1413

  • Inicio
  • De Interés
  • Noticias
  • Nº 23 / Reemprender: gestionar las dificultades y el fracaso como parte del juego

Nº 23 / Reemprender: gestionar las dificultades y el fracaso como parte del juego


Quienes plantean las bondades del reemprendedurismo, conciben al fracaso como parte del juego y como un acervo de experiencia que neutraliza falencias en segundos intentos.

Quienes plantean las bondades del reemprendedurismo, conciben al fracaso como parte del juego y como un acervo de experiencia que neutraliza falencias en segundos intentos. Estas iniciativas que se recogen en Europa, EEUU y también en países de América Latina, no se sostienen en una simple postura filantrópica. Estudios realizados en Chile por diversas organizaciones públicas y privadas entre las que se encuentra el BID / FOMIN, concluyen que una de las barreras para los emprendimientos (aunque sean emprendimientos por primera vez), es de carácter cultural: el temor a fallar.

Los Programas de Reemprendedores no aplican tan solo a las empresas fallidas, sino a iniciativas empresariales sin antecedentes de fracaso. Básica pero no excluyentemente orientados hacia Pymes, proponen una especie de servicio de asesoramiento y monitoreo sobre la evolución de la empresa, que ayuda a evaluar cuándo se debe tomar la decisión de dar un giro a la organización, en el área en la que ésta lo necesite. Existen en la actualidad portales de autodiagnóstico on line para empresas, que promueven la prevención, ayudando a los empresarios a identificar los puntos débiles de sus organizaciones aún a tiempo para tomar las medidas correctivas pertinentes.

Con este tipo de iniciativas se pretende fomentar un clima favorable al desarrollo empresarial y reducir la estigmatización asociada al fracaso (asociado por la opinión pública mayoritariamente a la incompetencia o al fraude), mediante el apoyo de asesores, especialistas en crisis y financiamiento. Lo anterior supone el desarrollo de herramientas de alerta y de autodiagnóstico.

Sequías, desplomes financieros, crisis regionales, catástrofes como terremotos, huracanes, etc., son ejemplos claros de circunstancias que pueden ocasionar grandes daños a una empresa inhabilitándola para continuar su actividad económica, sin que haya existido conducta dolosa o fraude.

Convengamos en que la figura del reemprendedor, está de hecho implícita en la materia concursal que tradicionalmente conocemos. Empresas de larga data pasaron alguna vez por una crisis empresarial que las llevó a ampararse en el concurso. Habiendo atravesado el mismo en forma correcta, lograron mantenerse en el mercado evitando así el importante costo social que hubiera implicado su cierre para los trabajadores y para los acreedores afectados, que habrán salvado un porcentaje o la totalidad de sus créditos. Ello propende a reestablecer la confianza y la dinámica de la actividad comercial. Los concursos exitosos son de hecho testimonio de reemprendimientos, sea porque la empresa continúa su actividad, o porque tiene un cierre ordenado que le permite iniciar un nuevo desafío.

Los Programas instrumentados en tal sentido, enfatizan la importancia de generar herramientas para evitar el fallo empresarial, dado que la barrera para emprender negocios es la aversión al riesgo y el temor al fracaso. Las herramientas preventivas del riesgo crediticio se constituyen, creemos, en un pilar insoslayable para este tipo de propuestas, por cuanto reducir el riesgo en los negocios propicia la seguridad comercial necesaria para establecer actividades productivas, empleo y riqueza. Los contextos negativos hacen que las personas analicen mucho la conveniencia de iniciar un emprendimiento comercial, porque retraen el consumo, la producción y las oportunidades de crecer en conjunto.

Ahora bien: creemos no estar alejados de la realidad si decimos que en nuestro país los tiempos de bonanza reducen la percepción de riesgo y ablandan las políticas de vigilancia de los créditos. Esa es una barrera cultural que debemos modificar. Tendemos a reaccionar ante las alarmas bruscas, y no a atender la incidencia de los cambios pequeños que por progresivos no son evidentes, y se hacen visibles cuando ya el daño es grande.

Se trate de emprendedores o de reemprendedores, creemos que el comercio debe siempre utilizar herramientas de prevención, seguimiento, monitoreo y vigilancia sobre todas las áreas de la gestión empresarial, y en lo que nos compete especialmente, sobre la gestión del riesgo de crédito y el abordaje integral en el caso de empresas que han fallado sin intención de daño. Si el fracaso es parte del juego, debemos integrarlo seriamente dentro de nuestras políticas de gestión y administración del riesgo en las transacciones comerciales.

Tel. +598 2908 1636* / Fax. +598 2902 2857 / lideco@lideco.com
Julio Herrera y Obes 1413