En épocas de cierre y balances contables y no contables, retomamos lo que para LIDECO ha significado y significa un gran esfuerzo: la construcción del mayor acopio de estados contables del país en su Central de Balances.
13 de enero de 2010En épocas de cierre y balances contables y no contables, retomamos lo que para LIDECO ha significado y significa un gran esfuerzo: la construcción del mayor acopio de estados contables del país en su Central de Balances.
La información contable es la carta de presentación de las empresas hacia el exterior, constituyendo un insumo relevante a la hora de tomar decisiones de negocios. La existencia de una Central de Balances como fuente estadística de información financiera, representa para la plaza comercial un recurso de sumo valor para poder estudiar el mercado. La necesidad de una Central de Balances es a todas luces incuestionable.
En nuestra tarea nos encontramos con dificultades de diversa índole: por un lado, las barreras culturales, que afortunadamente cada vez son menores – por las cuales las empresas no hacen accesible al mercado de la información sus estados contables. Estas barreras culturales tienen que ver además con las prácticas comerciales que en general describen a la mayoría de las empresas de nuestro país, que son de porte mediano y pequeño: la cultura de consulta de información sistemática, y de información contable, se constata sobre todo en empresas de gran porte y en el sistema financiero, sea porque tienen profesionalizada su gestión o porque las casas matrices o al regulación bancocentralista impone dentro de los requisitos para sus operaciones la consulta de determinados datos comerciales.
Por otro lado, enfrentamos la paradoja de que exista un mandato legal para empresas de determinado porte, de registrar los balances en la AIN, pero que en simultáneo no exista pena para quien no los registre. Resultado: no todas las empresas obligadas a registrar balance lo hacen. ¿Responsabilidad exclusiva de las empresas? No. Es de esperar que en algún momento se concreten y ejecuten las sanciones que supuestamente deberían recaer sobre las empresas que, comprendidas en la Ley de Registración de Balances, no cumplen con la obligación del registro. Los organismos reguladores deberían lograr una coordinación eficaz a tales efectos, y plantear controles manejables desde el punto de vista operativo y práctico.
El objetivo de la existencia de una Central de Balances es el de promover la transparencia del mercado, en el marco de los fines estatutarios de LIDECO. Permite conocer las relaciones entre diversas variables financieras, para realizar estudios de rentabilidad, estudios sobre la estructura de financiamiento, sobre el soporte financiero de las empresas, sobre la eficiencia y los riesgos que afectan tanto a las empresas tomadas individualmente como a sus respectivos sectores de actividad.
El empresariado se beneficia pudiendo 1) mejorar la calidad de la evaluación y la administración de los créditos que otorga, 2) mejorar los filtros de empresas en la búsqueda de clientes 3) comparar su performance con la de las empresas líderes del sector de actividad del que participan (benchmarking). El Estado a su vez, se beneficia mejorando el clima de negocios y contando con datos que permitan agregar valor a los estudios micro y macroeconómicos.
LIDECO hace grandes esfuerzos en el intento de mejorar la calidad informativa del mercado, pero enfrentamos restricciones que nos trascienden. Ello redobla nuestra tenacidad al insistir en estos temas y en la necesidad de que las iniciativas privadas y los organismos públicos y reguladores puedan coordinar acciones y políticas en pos de generar mejores condiciones para nuestra economía y para generar el conocimiento necesario para el desarrollo de nuestro país, profesionalizando las herramientas de gestión empresarial.-