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Nº 2 / 2011 como una nueva posibilidad de aprendizaje


"Las empresas saludables serán las que puedan sistematizar maneras de reunir a la gente para desarrollar los mejores modelos mentales posibles para enfrentar toda situación", dice Bill O'Brien. Es esta una interesante reflexión para iniciar el 2011.

12 de enero de 2011


"Las empresas saludables serán las que puedan sistematizar maneras de reunir a la gente para desarrollar los mejores modelos mentales posibles para enfrentar toda situación", dice Bill O'Brien. Es esta una interesante reflexión para iniciar el 2011 dispuestos a buscar proactivamente las mejores formas de administrar y sostener el bienestar y la competitividad de nuestras organizaciones.

El final del año y el inicio del año son instancias propicias para evaluar, planificar y tomar las decisiones que van a pautar la actividad de los próximos 12 meses, y por qué no, la de perspectivas de más largo plazo, pues a ello apuesta toda empresa que pretenda perdurar en el tiempo. Nos pareció importante propiciar en estos primeros comunicados del 2011, elementos que puedan ser de utilidad para reflexionar y pensar en cómo hacer cada vez más eficiente y eficaz la gestión de nuestras empresas en el largo plazo.

Arie de Geus plantea que “el éxito de largo plazo depende del proceso por el cual los equipos directivos modifican modelos mentales comunes concernientes a la compañía, los mercados y los competidores. Por ello pensamos en la planificación como aprendizaje y en la planificación empresarial como aprendizaje institucional”[1].

No se trata de otra cosa que aprender a pensar en conjunto. Sencillo de decir, sumamente complicado de hacer, pero no imposible de lograr. Está probado que, la inversión en el desarrollo de aptitudes de reflexión e indagación de los modelos mentales y colectivos que se manejan en una organización, reportan mejoras en el desempeño empresarial en términos de rentabilidad, eficacia y eficiencia. Es redituable invertir en el desarrollo de aptitudes básicas de pensamiento, a partir de las cuales es posible comprender que desde distintas lógicas, todas las conclusiones a las que se puede llegar sobre un problema pueden tener sentido, pero para que funcionen en forma integrada, debe entenderse precisamente que pueden existir lógicas diferentes, y que es preciso suspender los propios supuestos para poder examinar aquellos que no estaban en nuestro repertorio de abordajes de la realidad.

Dice Peter Senge, uno de los autores que mejor ha recogido estas perspectivas con su dedicación a generar herramientas empresariales destinadas a generar organizaciones abiertas al aprendizaje, afirma que, “el efecto sobre la comprensión de los modelos mentales es profundo. La mayoría de los managers declara que por primera vez en la vida entienden que sólo tendrán supuestos, nunca “verdades”, que siempre vemos el mundo a través de los modelos mentales y que los modelos mentales son siempre incompletos y, especialmente en la cultura occidental, asistémicos”[2]. Ello requiere que aprendamos a desarrollar la habilidad de abandonar los reduccionismos que pretendiendo ser efectivos al favorecer la rápida toma de decisiones, terminan por generar el error de generar respuestas simples para problemas complejos.

Edward De Bono plantea en toda su literatura la importancia de que las personas que trabajan en las empresas, en todos los niveles, destinen, en forma sistemática, un “tiempo para pensar”. Peter Drucker reitera en toda su producción, que el principal valor de una empresa está en la capacidad de su gente. La experiencia del vertiginoso desarrollo de las empresas japonesas desde las postrimerías de la II Guerra en adelante, con el apogeo en la década de 1970, tiene su explicación en el intensísimo esfuerzo y enormes recursos destinados a capacitación y educación a nivel nacional, en todas las empresas del país, y a crear sistemas de trabajo y de liderazgo eficaces para generar mejoras constantes en la gestión empresarial y en el desarrollo del conocimiento, alineando gobierno y universidades en pos del desarrollo del país.

Consideramos oportuno plantear estas cuestiones al inicio del año. Nos debemos y nos merecemos destinarnos tiempo a pensar activamente y cuestionar nuestra forma de hacer las cosas si es que queremos o bien sostener lo logrado, o mejor aún, superar los estándares alcanzados. Ello requiere que abandonemos la práctica burocrática de dejar asentada una visión documentada del futuro, para aprender a desarrollar escenarios y la flexibilidad necesaria para adaptarnos a ellos. Ello requiere que los gerentes y dirigentes de empresas, de todas las jerarquías, cuestionen sus modelos mentales y los modifiquen cuando sea necesario, en el marco, claro está, de la búsqueda de un camino común para toda la organización y sumando las capacidades de aprender de todos. Desde nuestro rol haremos lo posible para que así sea.-


[1]Senge, Peter. La Quinta Disciplina: el arte y la práctica de una organización abierta al aprendizaje. Granica, Barcelona, 1992.

[2]Id ant.

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