La mayoría de las empresas de plaza consideran importante prevenir el riesgo crediticio. No obstante esta consideración común, cuando ahondamos en la traducción en actos de esa conducta, observamos que esos actos a través de los cuales las empresas creen que toman una acción preventiva del riesgo, difieren tanto respecto a la cantidad de datos que se chequean, como en cuanto a la fuente de la información a la que se recurre antes de otorgar un crédito.
La mayoría de las empresas de plaza consideran importante prevenir el riesgo crediticio. No obstante esta consideración común, cuando ahondamos en la traducción en actos de esa conducta, observamos que esos actos a través de los cuales las empresas creen que toman una acción preventiva del riesgo, difieren tanto respecto a la cantidad de datos que se chequean, como en cuanto a la fuente de la información a la que se recurre antes de otorgar un crédito.
Diversos motivos explican tal variedad de conductas: por un lado, el monto de crédito involucrado generalmente propicia que se realicen controles mayores. Por otra parte, la cultura empresarial en materia de uso de información comercial es un factor que incide cuando la empresa establece sus políticas de crédito. Además, la historia de relación con el interlocutor comercial también afecta el punto anterior: lo usual es que los controles intensivos se apliquen al inicio de una relación comercial.
No dejamos de señalar que, las épocas de bonanza económica que han contextuado estos últimos años, sumado a los ecos de la crisis del 2002 y la correlativa depuración del mercado y de las carteras de clientes, también inciden en la percepción de la necesidad de prevenir el riesgo, en general favoreciendo la tendencia a hacer más laxos los controles.
Lo anterior describe el comportamiento general del empresariado, conocido a través de las sucesivas investigaciones de mercado que nuestra institución ha realizado en relación al uso de información comercial empresarial como recurso preventivo del riesgo crediticio.
Desde LIDECO insistimos en que, así como una reputación positiva se construye lentamente en el tiempo, no necesariamente de golpe es que una empresa puede verse en problemas, sin que ello, claro está, siempre tenga relación con comportamientos fraudulentos o poco éticos.
El señalamiento apunta a advertir que es aconsejable realizar controles externos además del monitoreo interno de la historia de la relación comercial con una empresa. Es necesario estar alerta ante las señales que puedan detectarse en el mercado, sean positivas (lo cual da seguridad a la relación comercial) o negativas (lo cual también ayuda a la seguridad comercial por cuanto se extremarán controles en los negocios).
En función de ello es que insistimos en la importancia de:
1) prevenir el riesgo aunque el monto de la operación sea pequeño
2) una aproximación exhaustiva a la información que sea posible recabar de la empresa al inicio de una relación comercial
3) llevar controles internos y seguimiento de los clientes o proveedores
4) conocer el comportamiento de la empresa con la que vamos a hacer negocios en relación a otras empresas de plaza, sea respecto a posibles incumplimientos como respecto al promedio de días de pago
5) comparar la performance de la empresa analizando al menos tres estados contables, con la performance del sector de actividad y del mercado
6) chequear y monitorear las garantías
7) hacer un uso adecuado y por ello también preventivo de la documentación comercial que respalda las operaciones
8) contar con herramientas de alerta temprana respecto de las potenciales dificultades en la relación comercial.
Desde los servicios de información comercial y los servicios de asesoramiento jurídico, nuestra Institución promueve la prevención y en tal sentido, advierte que más allá de contextos de bonanza, montos involucrados en las operaciones o la antigüedad de la relación, nadie está libre de imprevistos.
No tiene sentido exponerse a ellos si es posible evitarlos a tiempo.-